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el expreso de medianoche

Crimen Desorganizado, S.A.

Crimen Desorganizado, S.A.  Léxico llegó a casa y se desmayó en la cama hasta el mediodía del día siguiente. Por supuesto, tuvo nuevas pesadillas. En esta ocasión, no obstante, no aparecía la malvada colegiala con coletas, sino un chino que con un bisturí en la mano comenzaba a amenazarle persuasivo en una lengua que no comprendía. A su vez, una enfermera con la misma cara que Adelita le esposaba las manos, mientras le dirigía con voz dulzona estas palabras: “Cielo... ¿Te apetece tomar un poquito más de cava?” Acto seguido, la enfermera comenzaba a carcajearse maliciosamente. A continuación, el chino hacía accionar lo que, en un principio, parecía bisturí, pero que se convirtió en un grimoso taladro de dentista.

        Fue en ese momento cuando despertó, alertado por el sonido del taladro, que resultó ser una taladradora de pared que, con toda probabilidad, algún vecino estaba utilizando. 

        Se levantó, dirigiéndose directo al refrigerador. Miró las existencias que habitaban el electrodoméstico y se decidió a hacerse un bocata de salami y anchoas en escabeche.

        Después de comer, se dirigió en taxi al Comité Central, donde debía resolver algunas cuestiones antes de partir por la noche rumbo a Matriz. Llegó al despacho del comisario Hiato, que charlaba con un esmirriado tipo. Al verle llegar, el comisario presentó al interfecto. 

        -Léxico. Te presento a Punto Suspensivo. Será tu acompañante y ayudante en el viaje a Matriz.

        Léxico miró de reojo a Suspensivo, sonriendo con sorna al comisario. 

        -Será una broma, ¿verdad?

        -Bueno... No pensarías ir sólo, tal y como estás, ¿no? –apreció Hiato-. Aunque no lo parezca, y a pesar de su calidad de novato, tiene muy buenos informes del sub-departamento de correcciones sintácticas –informó, dirigiéndose al susodicho. 

        -... –aprobó Suspensivo, encogiéndose de hombros y haciendo gala de su propio heterónimo.  

        Finalmente, y a pesar de sus primeras reticencias, Léxico tuvo que aceptar la carga impuesta. Así que saludó cortésmente a su nuevo compañero, y volvió a dirigirse al comisario, entregándole el carné de identidad del presunto homicida chino. 

        -Me gustaría que le echaran un vistazo a este tipo, para conocer sus antecedentes –pidió al comisario-. Las ruedas de su moto estuvieron a punto de dejarme una huella imborrable...

        -De acuerdo... –contestó Hiato-. Enseguida se lo envío a Teo y te diremos algo lo antes posible. ¿Se te ofrece algo más? 

        -Sí. Me gustaría conocer también los antecedentes de una tal Adela Bienservida, si los tiene... Creo que son dos de los responsables de mis contratiempos durante el día de ayer y pueden estar directamente relacionados con el caso.

        -Perfecto –asintió Hiato-. También investigaremos sobre ella. Bueno –propuso, dirigiéndose a sus dos sabuesos-, creo que ya va siendo hora de que os pongáis en marcha. El avión sale de aquí a dos horas, así que podéis ir yendo hacia el aeropuerto. Y, ya sabéis: en cuanto sepáis algo nuevo, me informáis. 

        -¡A la orden, mi teniente! –contestó Léxico.

          -... -convino Suspensivo.

 

Franz_126

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